Roberto Gómez Bolaños fue condecorado en el Congreso. Pienso que para el creador de tan entrañables personajes, como “El chavo del ocho” o “El chapulín colorado”, homenajes de estos señorones tan ajenos a su vecindad, le tienen sin cuidado. Sabe que el mejor homenaje que le tributan en el Perú se lo hacen los niños de todas las edades, a los que encandiló con su ternura y ocurrencias. No se necesitaba tener un set espectacular, unos decorados fastuosos o un elenco de superestrellas, para hacer el programa más importante de habla hispana. Una madre amargada (Doña Florinda), un hijo engreído y egoísta (Kiko), un papá solterón y renegón (el gran Don Ramón), un profesor enamorado (Jirafales), un propietario gordo y cargoso, pero en el fondo generoso (el Señor Barriga), una bruja enamorada (Doña Clotilde) y una hija malcriada y fiel compañera del “Chavo” (La Chilindrina). Esa microsociedad nos encandiló a todos. Las vecindades, los callejones y solares en toda Latinoamérica tienen broncas, enfrentamientos, pero también lazos de solidaridad, de ayuda mutua. Eso reflejó la propuesta humanista de “Chespirito”, quien creó un producto que fue más allá de la mera ambición por tener rating. Por eso, el “Chavo” se sigue transmitiendo en varios países con sorprendentes niveles de sintonía. Hoy está viejito(79), pero con su fiel compañera Florinda Meza sigue produciendo obras. A veces, la ficción supera a la realidad. Carlos Villagrán, el excelente “Kiko” de la vecindad, terminó peleado con Gómez Bolaños. Pese a los años, el rencor no desaparece. Ahora que el “Chavo” está de gira, “Kilko”, envidioso, también hará lo mismo y para calentar el ambiente recordó que el laureado actor “lo partió” con Florinda Meza, quien era su novia. Uno no imagina al “Chavo” de “cacharrero”, o será solo para hacerse publicidad. Con razón, y con rabia, “Kilo” le gritaba “¡¡no me simpatizas!!”.
martes, 8 de julio de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)